Agua, a secas – Diario Responsable

Comunidades

Este el lema con el que la alianza multisectorial StepbyWater alerta de la urgencia de entrar en acción para evitar la crisis de este recurso indispensable para la vida. Hoy, 22 de marzo, se celebra el Día Internacional del Agua, y resulta urgente tomar concienciando sobre la importancia de gestionar sostenible y eficientemente el agua, un elemento tan vital como escaso.

El agua es un recurso vital para la existencia humana y, por ende, para el desarrollo. Preservar este recurso debiera ser una de las mayores prioridades actuales ya que, por diferentes motivos, este es cada vez más escaso. El Día Internacional del Agua se celebra cada año el 22 de marzo para crear conciencia sobre la importancia del agua dulce y fomentar su gestión sostenible.

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el Día Internacional del Agua en 1992, en respuesta a una recomendación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre de la Tierra) celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. Cada año, este día se centra en un tema específico relacionado con el agua. El tema de este 2023 es «Agua para un mundo sostenible: avanzar en la agenda del agua para 2030». El objetivo es destacar la importancia de una gestión sostenible del agua para lograr un desarrollo sostenible y alcanzar los ODS para 2030.

Sin dudas, abordar el gran desafío del agua es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos, en un contexto marcado por la crisis climática, el calentamiento global y una mayor escasez de precipitaciones en Europa. No debemos perder de vista que el éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en particular del ODS 6 será el éxito de la humanidad.

Según datos aportados por la Comisión Europea y el Observatorio Europeo de la Sequía, el año 2022 fue un año de “extremos”, en el que se registraron sequías, altas temperaturas, incendios forestales, inundaciones y otras catástrofes climáticas que involucraron de manera directa o indirecta el recurso hídrico. Un año hidrológico que, en países como el España, particularmente sensibles y expuestos a una fuerte tensión y estrés hídrico, podría resumirse en una afirmación tan paradójica y extraordinariamente preocupante como el “agua, a secas”. Expertos y organismos internacionales como la ONU o el Foro Económico Mundial de Davos advierten que las olas de calor cada vez más frecuentes, prolongadas y manifiestamente “sensibles” urgen a replantearse la forma en que nos relacionamos con el agua.

En un contexto marcado por la crisis climática, el calentamiento global y una mayor escasez de precipitaciones en Europa en su conjunto, abordar el gran desafío del agua es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos. En este escenario, la alianza StepbyWater plantea la importancia de abordar la crisis del agua y, por tanto, concienciar, divulgar e impulsar a la acción.

El agua: un recurso limitado y potencialmente limitante

La crítica situación medioambiental que atraviesa Europa y el mundo entero requiere acción y pasos firmes para situar el agua y su gestión, en el centro de acción social, política, empresarial y económica. Expertos de StepbyWater advierten que el agua es un recurso vital limitado y potencialmente limitante para el desarrollo de las economías nacional y comunitaria. El grueso de nuestras actividades requiere agua en cantidad y calidad suficiente: sostener nuestra calidad de vida, nuestro progreso, nuestra actividad económica, producir alimentos, productos, servicios, etc. requieren agua.

Expertos en el tema denuncian que la menor disponibilidad y calidad de agua tendrá un impacto notorio sobre la economía y sectores productivos clave, como el agrícola, el comercial, el industrial y turístico; así como en otros aspectos como la alimentación y los movimientos poblacionales. La no disponibilidad de agua, implicaría la inactividad de los procesos que requieren agua en su cadena de producción, transporte o sistemas de enfriamiento. La tendencia es especialmente preocupante si consideramos que la menor disponibilidad de agua se producirá de forma simultánea a una mayor demanda derivada del incremento de población, el aumento de las temperaturas, y podría hacer que, según concluye el Gobierno, en España, en 2050, unos 27 millones de personas habiten zonas de nuestro país con escasez de recursos hídricos.

La escasez de agua potable para el consumo humano puede llevar a una situación de emergencia. Además, la falta de agua puede tener graves consecuencias para la agricultura y la ganadería, que dependen del suministro de agua para el riego y la alimentación de los animales. La falta de agua también puede tener un impacto negativo en la biodiversidad y en los ecosistemas acuáticos.

Para hacer frente a la sequía y minimizar sus efectos, es necesario tomar medidas de adaptación y mitigación. Entre ellas se incluyen la gestión sostenible del agua, la promoción de prácticas agrícolas y ganaderas más eficientes en el uso del agua, la implementación de tecnologías para la recuperación y reutilización de agua, y la educación y concienciación de la población sobre el uso responsable del agua.

Stepbywater expone que asumir el desafío del agua determinará la necesidad de un nuevo contexto de gobernanza, un nuevo “orden” político y un nuevo marco normativo y de gestión, que serán decisivos para afrontar un escenario marcado por la menor disponibilidad del recurso. Abordar la dependencia del agua requiere también digitalización e innovación. Del mismo modo en que la planificación territorial resultará clave a la hora de abordar una tendencia que parece imparable y que obligará a repensar nuestro sistema productivo y nuestras pautas de consumo. Es por ello, que cada vez es mayor la necesidad de innovar y avanzar hacia un nuevo paradigma más consciente y sostenible, lo cual requerirá de innovación para superar el reto al que nos enfrentamos, si queremos mantener en términos similares al actual, nuestra cultura y estilo de vida.

Acelerar el cambio requiere inversiones para el desarrollo de fuentes de energías y tecnologías renovables que “abaraten” y hagan sostenible la producción de fuentes de agua alternativas (desalinización y regeneración); para optimizar sensible y sosteniblemente los sistemas de regadío (consumidores del 70% del agua disponible). Acometer un esfuerzo inversor sostenido en las infraestructuras del ciclo urbano del agua que garanticen la calidad, la sostenibilidad de los servicios y asumir los retos en materia de calidad del agua, potabilización, y reutilización es crucial en este momento decisivo. En línea con el ODS 17, Alianzas, evitar “el agua, a secas” requiere también el inapelable convenio y compromiso de todos los actores (públicos y privados), así como el aporte de soluciones en un marco común de entendimiento.

Ver fuente