Ambas compañías fomentarán el desarrollo y la producción de combustible sostenible para la aviación (SAF) a partir de materias primas circulares, además de otras alternativas energéticas como el hidrógeno verde y la electrificación. Cabe destacar que los biocombustibles permiten reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 respecto a los combustibles tradicionales.
La aviación sostenible es un concepto que se refiere a la adopción de prácticas y tecnologías que reduzcan el impacto ambiental de la industria de la aviación. La aviación tradicionalmente ha sido responsable de emisiones de gases de efecto invernadero y otros impactos negativos en el medio ambiente, por lo que la búsqueda de la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad.
Conscientes de la importancia de impulsar acciones para proteger el planeta, Cepsa y Volotea han alcanzado un acuerdo para acelerar la descarbonización del transporte aéreo a través de la investigación y producción de combustible sostenible de aviación (SAF). Este combustible sostenible se producirá a partir de residuos orgánicos, como aceites usados de cocina o deshechos agrícolas, entre otros. Estos biocombustibles fomentan la economía circular, ya que se producen a partir de residuos que, de otro modo, acabarían en vertederos, además de reducir las emisiones de los aviones hasta en un 90 % en comparación con los combustibles tradicionales.
Cabe recordar que Cepsa ha establecido una ambiciosa hoja de ruta para recortar sus emisiones, situándose entre las compañías referentes de su sector. En concreto, en 2030, reducirá sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) en un 55% respecto a 2019, el índice de intensidad de carbono de sus productos en un 15-20% y aspira a ser neutra en carbono antes de 2050.
Ambas compañías priorizan el desarrollo de estos combustibles sostenibles como herramienta para seguir reduciendo la huella de carbono del transporte aéreo y contribuir a la lucha contra el cambio climático. La alianza contempla el suministro de SAF de Cepsa a Volotea, a partir de 2025, para las rutas que opera la aerolínea en España, donde está presente en 22 aeropuertos, entre los que destacan los de Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Tenerife Sur o Gran Canaria. La alianza también trabajará en el desarrollo de nuevas alternativas energéticas, como el hidrógeno renovable, y en la electrificación de las flotas terrestres de Volotea, que incluyen los vehículos de suministro, las operaciones de carga y descarga de equipajes y la asistencia a los aviones.
Tobi Pardo, director de Aviación de Cepsa, ha afirmado: “Como líderes en el suministro de energía para el sector aéreo en España, asumimos el compromiso de ayudar a nuestros clientes a descarbonizar su actividad. El SAF permite reducir ampliamente las emisiones de las aeronaves sin necesidad de hacer ningún cambio en sus motores, manteniendo las mismas especificaciones que el queroseno convencional en términos de seguridad y calidad”.
Se trata de un acuerdo alineado con el conjunto de medidas Fit for 55 de la Comisión Europea, que incluye la iniciativa legislativa ‘RefuelEU Aviation’, cuyo objetivo es impulsar los combustibles sostenibles de aviación en la Unión Europea, alcanzando un uso del 2% en 2025, del 6% en 2030 e ir incrementando hasta un porcentaje del 70% en 2050, del que la mitad deberán ser combustibles sintéticos. Y también apoya varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030: ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), ODS 12 (Producción y consumo responsables) y ODS 13 (Acción por el clima).
Esta nueva alianza consolida el propósito de Cepsa, uno de los principales productores y suministradores de combustibles para la aviación del mercado español, de convertirse en un referente dentro del sector de las energías limpias. En el marco de su plan estratégico, ‘Positive Motion’, la compañía está desarrollando un ecosistema centrado en acelerar la descarbonización de los clientes industriales, del transporte pesado terrestre, aéreo y marítimo, así como de la propia compañía, mediante la producción de moléculas verdes, principalmente hidrógeno renovable y biocombustibles. Cepsa aspira a liderar en 2030 la fabricación de biocombustibles en España y Portugal, con una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas, enfocándose especialmente en impulsar la sostenibilidad de la aviación, con una capacidad de producción de 800.000 toneladas anuales de SAF.