Un nuevo análisis de Oxfam Intermón publicado con motivo del Día Mundial del Comercio Justo que se celebra mañana, 13 de mayo, revela que los gigantes del chocolate cosechan enormes beneficios mientras sus promesas de aumentar los ingresos de las y los cultivadores caen en saco roto. Además, denuncia que los programas de sostenibilidad de estas grandes empresas no cumplen sus promesas de aumentar los ingresos de quienes cultivan su principal materia prima.
Cada 13 de mayo se celebra el Día Mundial del Comercio con el objetivo de promover el comercio justo y concienciar a la sociedad sobre las desigualdades en el comercio internacional y sus consecuencias para los productores y trabajadores de los países más pobres.Cabe recordar que el comercio justo se basa en la idea de que todos los trabajadores y productores deben recibir un salario justo por su trabajo, independientemente de su origen, género o condición socioeconómica. Además, este fomenta la sostenibilidad ambiental y social y promueve la equidad en las relaciones comerciales internacionales.
Con motivo de la efeméride, un nuevo análisis publicado por Oxfam Intermón revela que las mayores empresas de la industria chocolatera amasan enormes beneficios pero no pagan precios que permitan asegurar ingresos dignos a los productores y productoras de cacao de Ghana. Concretamente, la publicación revela que las cuatro principales empresas de la industria chocolatera que cotizan en bolsa (Hershey, Lindt, Mondelēz y Nestlé) han obtenido solamente de sus divisiones dedicadas a la confitería beneficios conjuntos por valor de casi 15.000 millones de dólares desde el inicio de la pandemia (un promedio del 16 % más desde 2020). Entre 2020 y 2022, repartieron a sus accionistas en promedio más que sus ganancias totales netas del total neto (un 113 %).
Por su parte, desde 2020, las fortunas conjuntas de las familias Mars y Ferrero, en cuyas manos se encuentran las dos mayores empresas chocolateras no cotizadas, han aumentado 39.000 millones, tras lo cual su valor neto conjunto ha pasado a ser de 157.000 millones de dólares aproximadamente. Mientras las cuentas de unos pocos siguen creciendo, miles de trabajadores y trabajadoras no pueden cubrir sus necesidades básicas debido a la inflación que no se condice con sus bajos salarios. Al respecto, una encuesta realizada por Oxfam Intermón a más de 400 productores y productoras de cacao que abastecen a grandes empresas de la industria del chocolate en Ghana ha revelado que sus ingresos netos han disminuido un promedio de casi un 16 % desde 2020, llegando en el caso de las mujeres hasta casi un 22 %. Nueve de cada diez aseguraron que su situación se ha deteriorado desde el comienzo de la pandemia.
La desigualdad, una vez más, mostrando su lado más cruel. Oxfam afirma que Ghana produce alrededor del 15 % del total de granos de cacao a nivel mundial. Sin embargo, solamente recibe un 1,5 % aproximadamente (2000 millones de dólares) del beneficio anual estimado de la industria chocolatera, que se sitúa en 130.000 millones de dólares. Alrededor del 60 % del cacao mundial se exporta a Europa. Hasta el 90 % de los productores y productoras de cacao de Ghana no reciben ingresos dignos, lo cual significa que no tienen acceso a suficientes alimentos y otros bienes de primera necesidad como ropa, vivienda o asistencia médica. Muchos de los 800-.000 productores del país sobreviven con tan solo dos dólares al día.
En este escenario, Oxfam Intermón ha llevado a cabo un análisis de los programas de sostenibilidad de diez de los mayores fabricantes y comerciantes de chocolate que operan en Ghana, en los que afirman dar prioridad a ayudar a las y los agricultores a producir más cacao. Sin embargo, el análisis ha revelado que ninguno de estos programas alcanzó los objetivos fijados de aumentar la producción de granos de cacao ni, por consiguiente, los ingresos. Lo cierto es que el rendimiento de las cosechas en las cadenas de suministro de estas grandes empresas ha descendido un 25 % entre 2020 y 2022. Además, según la investigación de Oxfam Intermón, ninguna de las primas –cantidad adicional al precio de venta que se paga directamente a las personas agricultoras– que las grandes empresas abonaron se tradujo en un aumento relevante de sus ingresos.
Se trata de un problema grave pero que tendría solución, lo que falta es la voluntad de hacerlo. Las grandes empresas chocolateras se niegan a ofrecer precios que garanticen ingresos dignos para detener la lucha por conseguir que la industria sea más sostenible y ética. Se suma a décadas de compromisos vacíos para eliminar de sus cadenas de suministro el trabajo infantil, la pobreza y la deforestación. Cada vez son más quienes venden sus tierras a mineros ilegales o recurren a la minería galamsey (minería artesanal no regulada y muy contaminante) para complementar sus ingresos o incluso para sustituirlos.
Juanjo Martínez, responsable de Comercio Justo de Oxfam Intermón expresó que: “Los gigantes chocolateros deben cumplir con su palabra. Tienen que deshacerse del legado colonial que se esconde tras la extracción de materias primas y la pobreza a la que relegan a las familias agricultoras, mientras obtienen beneficios estratosféricos para sus millonarios accionistas. Sin precios justos ni retribuciones dignas nunca podremos conseguir chocolate ‘sostenible’ o ‘justo’”. Y concluyó: “El cacao certificado de Comercio Justo. sí asegura un precio mínimo suficiente para llegar a unos ingresos dignos, aunque el precio de mercado se hunda, que se paga directamente a las cooperativas, sin más intermediarios. Se refuerza además con una prima social de 240 dólares por tonelada (frente a los 30 o 40 que pagan las grandes empresas) y asegura otros principios como la no utilización de mano de obra infantil. Los gobiernos de Ghana o de Costa de Marfil han marcado unos precios mínimos, pero se refieren a la exportación, por lo que no va directamente ligado con lo que se les paga a los productores. Las grandes empresas del chocolate”.