Hiperplasia benigna de próstata: no temas al urólogo y cumple con los tratamientos
El movimiento Movember tiene como objetivo concienciar a la sociedad durante el mes de noviembre sobre la salud masculina. En este contexto, “Tus medicamentos” se ha centrado en la hiperplasia benigna de próstata para dar visibilidad a esta enfermedad urológica.
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es el crecimiento benigno de la glándula prostática, una de cuyas funciones es producir el líquido que forma parte del semen.
La próstata está ubicada justo por debajo de la vejiga del varón y tiene, aproximadamente, el tamaño de una nuez.
Esta enfermedad tiene una elevada prevalencia que afecta sobre todo a hombres mayores de 50 años, y causa alteraciones en su calidad de vida.
Es la enfermedad más frecuente de la próstata, la segunda causa de ingreso por intervención quirúrgica en los hombres y el primer motivo de consulta en los servicios de urología.
El agrandamiento de la próstata produce síntomas como dificultad para orinar; necesidad de orinar con frecuencia, tanto por el día como por la noche; sensación de vaciado incompleto; sensación de micción entrecortada; escapes de orina o escozor, entre otros.
“Tus medicamentos”, el videoblog que EFEsalud y la Fundación Viatris para la Salud impulsan conjuntamente para promover y mejorar la adherencia terapéutica, ha reunido en la sede de la Asociación Española de Urología, en Madrid, a un urólogo y a un paciente para tratar sobre la hiperplasia benigna de próstata.
El doctor es Javier Romero Otero, director del departamento de Urología de HM Hospitales en Madrid y director médico de ROC Clinic. El paciente es Juan Segovia Collado.
Un urólogo y un paciente analizan la hiperplasia benigna de próstata
Doctor Romero Otero: La importancia de acudir al urólogo
Doctor, ¿qué es la hiperplasia benigna de próstata? ¿Cuál es su prevalencia? ¿Cuáles son sus síntomas?
La hiperplasia benigna de próstata es el agrandamiento de la glándula prostática que va a condicionar una obstrucción para la salida de la orina desde la vejiga, lo que causa una sintomatología obstructiva como chorro de orina flojo y entrecortado, dificultad para iniciar la micción, tener que ir a orinar con frecuencia, levantarse por la noche, tener urgencia.
Hay que tener en cuenta que la prevalencia de la hiperplasia benigna de próstata es muy alta; es la enfermedad benigna más frecuente que padece el varón, y va en paralelo a la década, es decir, un hombre de 50 años tiene una prevalencia de padecer esta enfermedad del 50 %; con 60 años del 60 %; con 70 años, del 70 %, con lo cual, si vivimos lo suficiente, todos padeceremos esta enfermedad.
¿Cuáles son los tratamientos para combatir esta patología?
Los primero de todo son medidas de hábitos de vida. Hay que intentar restringir la ingesta hídrica, restringir irritantes vesicales como la cafeína, el alcohol, no beber en las últimas horas del día, y ver la medicación que estamos tomando, porque puede ser un diurético, un antihipertensivo o algún otro problema médico.
Si con estas medidas no somos capaces de controlar la enfermedad, pasaríamos a un tratamiento médico. El tratamiento médico puede ser leve, moderado o severo, y vamos a aplicarlo de mayor o menor agresividad en función del tamaño prostático que tiene el paciente.
¿Puede llegar a haber una intervención quirúrgica en la hiperplasia benigna de próstata?
La intervención quirúrgica puede llegar a aparecer sobre todo cuando tenemos complicaciones que pueden ser infecciones de repetición, sangrado de la glándula prostática, retención de orina que obliga a poner una sonda para poder orinar, retención crónica que puede causar insuficiencia renal, en definitiva, complicaciones que aconsejan realizar una cirugía.
Pero la mayoría de las veces, operamos al paciente porque nos lo demanda para eliminar la obstrucción si el tratamiento médico no mejora su calidad de vida.
¿Cómo es la adherencia terapéutica en esta patología?
Conviene recordar que el tratamiento médico tiene una adherencia terapéutica inferior al 50 por ciento al año y a veces presenta efectos secundarios en la esfera sexual y otras esferas del organismo. Muchos de los pacientes preguntados abandonan el tratamiento.
Para mejorar la adherencia, hacemos revisiones periódicas. Primero, valoramos al paciente en función de su sintomatología y decidimos el tratamiento que aplicamos; después hacemos revisiones semanales para ver los posibles efectos secundarios, y luego hay revisiones cíclicas cada tres, seis o doce meses para ir viendo como está y comprobar su adherencia al tratamiento.
Como especialista, ¿qué mensaje dirige a los pacientes afectados por esta enfermedad?
Es muy importante que el varón se conciencie de que tiene que cuidar su salud. Tiene que ir al médico igual que la mujer. Es muy interesante ver que hasta los 15 años el hombre y la mujer van y frecuentan al médico igual porque les llevan los padres.
¿Qué ocurre a partir de los 15 años? Que cada uno se hace responsable de su salud. La mujer tiene sus revisiones ginecológicas y frecuenta al médico, mientras el hombre, no, pero es curioso porque el hombre muere antes y padece más enfermedades que la mujer, pero aún así frecuenta a los médicos y a los especialistas mucho menos.
Es muy importante que los varones se hagan cargo de la glándula prostática; es el cáncer más frecuente en el hombre; la hiperplasia es la enfermedad benigna que más padece el varón y es importante su detección temprana para evitar que progrese la enfermedad y poner soluciones con tratamientos mínimamente invasivos que aporten calidad de vida.
Doctor, ¿por qué hay tanta reticencia en los varones para ir al urólogo?
Creo que esta reticencia se está perdiendo, pero es muy educacional. Y ocurre otra cosa, la patología prostática suele aparecer a partir de los 50/60 años, y el hombre procura evitar al médico mientras no tiene un problema, y no tiene la concienciación que sí tiene la mujer.
Por eso estamos haciendo campañas como el mes de Movember para concienciar al varón, a sus familiares y a las personas que tiene a su alrededor a que les animen a hacer sus revisiones, ya que con pruebas sencillas como un análisis de sangre, una ecografía, una flujometría, somos capaces de ver si hay riesgo de cáncer de próstata o de hiperplasia benigna de próstata, y podemos poner remedio y evitar el impacto en el paciente o que tenga que pasar por el quirófano.
Juan Segovia: La hiperplasia benigna de próstata afecta a la calidad de vida y te limita
Juan, ¿cómo es la calidad de vida de los afectados por esta enfermedad urológica?
Regular, yo llevo 10 años con ello. He ido mejorando y con ayuda médica he ido paliando los problemas que tenía como incontinencia urinaria, tener que levantarme dos o tres veces por la noche, problemas físicos y también psicológicos, porque no te deja hacer una vida normal y te limita.
Con el tratamiento he estado cuatro o cinco años muy bien. Después volvieron los síntomas y los médicos optaron, tras una infección continuada, por la intervención quirúrgica.
¿Cómo es el tratamiento de esta patología?
El tratamiento fue bien unos cuatro años, pero la enfermedad sigue ahí y el tratamiento no elimina el problema, que puede volver a agudizarse.
¿Y la adherencia terapéutica qué importancia tiene?
Yo seguí el tratamiento de forma rígida y he tenido calidad de vida, pero si el proceso se complica hay que recurrir a la intervención quirúrgica, que resultó exitosa.
¿Qué mensaje envía a otros afectados por esta patología?
Un mensaje bien claro, que se pongan en contacto con un urólogo, sin lugar a dudas. Y cuanto antes mejor. Y que sigan sus recomendaciones, tanto si hay un tratamiento como una intervención quirúrgica.
¿Por qué muchos hombres se resisten a ir al urólogo?
Es algo muy personal y da corte explicar que se tienen este tipo de problemas, pero hay que pasar por ello y acudir al urólogo, sin duda.
EFEsalud y la Fundación Viatris mantienen su objetivo común de concienciar a la sociedad sobre la importancia de tomar correctamente los medicamentos y mejorar los niveles de adherencia terapéutica.