Así lo expresó el Secretario General de Naciones Unidas durante su intervención en la Cumbre de los BRICS, el grupo económico, político y social formado por los países de Brasil, Rusia, India, China ,Sudáfrica y ,recientemente, también Argentina.
En un mundo como el actual, en el cual existen diferencias, conflictos y desafíos diversos, la cooperación se convierte en una alternativa esencial para abordar los problemas de manera efectiva y buscar soluciones sostenibles. La cooperación implica trabajar juntos, compartir recursos, conocimientos y esfuerzos para lograr objetivos comunes y superar obstáculos que de otra manera podrían resultar insuperables.
António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, se encuentra en la capital sudafricana, donde se celebra la Cumbre del bloque de países integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, países que aglutinan al 40% de la población mundial y suman el 25% de la economía global. Estas naciones, son todas parte del G20. Durante su intervención, el referente de la ONU afirmó que trabajará para promover el poder de la acción universal, el imperativo de la justicia y la promesa de un futuro mejor. En esta línea, Guterres subrayó una vez más la urgencia de actuar en los frentes económico y climático.
Guterres pasó revista de los grandes desafíos de la humanidad: las crisis climática y económica; el avance de la pobreza, el hambre y la desigualdad; la falta de regulación de las nuevas tecnologías; y las repercusiones globales de la multiplicación de las divisiones y los conflictos geopolíticos. En ese foro, sostuvo que el mundo necesita unidad para la acción y la justicia, según lo mostró el inspirador caso de Sudáfrica: “He venido a Johannesburgo con un mensaje simple: en un mundo fracturado abrumado por las crisis, simplemente no hay alternativa a la cooperación. Debemos restaurar urgentemente la confianza y revitalizar el multilateralismo para el siglo 21”, dijo.
Además, señaló que el mundo va en camino a la multipolaridad y advirtió que ésta no es suficiente para garantizar una comunidad global pacífica o justa. “Para ser un factor de paz, equidad y justicia en las relaciones internacionales, la multipolaridad debe ser apoyada por instituciones multilaterales fuertes y efectivas”, apuntó, reiterando su denuncia de que las estructuras de gobernanza imperantes reflejan el mundo de ayer. Recordó que esas instituciones se establecieron, en gran parte, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos países africanos todavía estaban gobernados por potencias coloniales.
Necesitamos una arquitectura multilateral fortalecida y reformada que se base en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, añadió, identificando los casos del Consejo de Seguridad de la ONU y de las instituciones de Bretton Woods.
Un llamado a reformar las instituciones y a la solidaridad
“Para que las instituciones multilaterales sigan siendo verdaderamente universales, deben reformarse con el fin de reflejar el poder y las realidades económicas actuales. En ausencia de tal reforma, la fragmentación es inevitable”, alertó. En este contexto, subrayó el peligro de un mundo con una economía y un sistema financiero divididos; con estrategias divergentes en tecnología, incluida la inteligencia artificial; y con marcos de seguridad conflictivos.
Finalmente, al reiterar su llamado a la cooperación para restaurar la confianza y revigorizar el multilateralismo del siglo 21, afirmó que se requiere una mayor solidaridad y hace falta el respeto pleno a la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional, los valores universales y todos los derechos humanos: sociales, culturales, económicos, civiles y políticos. Guterres mencionó la disparidad en los costos de financiamiento para los países africanos con respecto a los países ricos y el caos climático que los asola pese a producir emisiones globales mínimas. Para corregir el rumbo mundial, urgió a rediseñar la arquitectura global obsoleta e injusta y a intensificar la acción y la justicia climáticas.