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Nelson Rafael Bustamante Abidar | ¡Conócela! Arquitectura hostil: ¿Qué es y cuáles son sus características?

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La arquitectura hostil tiene profundas implicaciones sociales que se extienden más allá de la estética y la funcionalidad pues afecta no solo la interacción física con el entorno construido, sino también las dinámicas sociales y la inclusión en nuestras ciudades, ya que esta implica un diseño deliberadamente desafiante, adverso o de difícil manejo

 

DAT.- Hablar de arquitectura hostil es hacerlo de un controvertido enfoque en el diseño urbano y arquitectónico que plantea múltiples desafíos relacionados con la equidad, la accesibilidad y la inclusión social en el espacio público. Se caracteriza por el uso de elementos que buscan controlar, limitar o excluir a determinados grupos de personas en ciertos entornos.

Explica Nelson Rafael Bustamante Abidar que la arquitectura hostil se refiere a una estrategia de diseño urbano que emplea elementos arquitectónicos y urbanísticos para influir en el comportamiento humano y disuadir ciertas actividades no deseadas en el espacio público. Estos elementos pueden incluir, por ejemplo, dispositivos físicos, barreras, mobiliario urbano incómodo, iluminación inadecuada y distribución espacial que dificulta o impide el acceso confortable y la usabilidad del espacio por parte de algunas personas.

Esta forma de diseño se caracteriza así por su objetivo: provocar incomodidad, desalentar comportamientos no deseados (como, por ejemplo, pernoctación o patinaje), excluir y restringir el uso del espacio.

Características

Algunos ejemplos comunes de elementos utilizados en la arquitectura hostil incluyen:

  • Divisiones antidurmientes en bancos públicos: Estos dispositivos se instalan para evitar que las personas sin hogar puedan dormir en los bancos durante la noche.
  • Superficies con elementos punzantes o ásperas: Se utilizan en áreas donde se desea evitar que las personas se sienten o acuesten, como alféizares de ventanas o bordes de muros.
  • Dispositivos de reproducción de sonidos desagradables: Se instalan para disuadir a las personas de permanecer en lugares específicos.
  • Vallas y cercas antiinvasores: Se colocan en áreas públicas para evitar el acceso no autorizado o la ocupación por vendedores ambulantes.
  • Mobiliario urbano diseñado incómodamente: Algunos elementos de mobiliario urbano, como asientos con divisiones o apoyabrazos incómodos, se utilizan para desalentar a las personas sin hogar de utilizarlos como lugares de descanso.
  • Iluminación inadecuada: La falta de iluminación o una iluminación deficiente en ciertas áreas públicas puede crear una sensación de inseguridad y disuadir a las personas de utilizar espacios.

Estos ejemplos ilustran cómo la arquitectura hostil se ha aplicado en diferentes contextos urbanos con el objetivo de controlar y restringir comportamientos en el espacio público.

 

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Historia y controversia

La arquitectura agresiva u hostil tiene sus raíces en los primeros intentos de controlar y gestionar el espacio público en el siglo XX. A lo largo de la historia, el diseño urbano ha sido influenciado por preocupaciones relacionadas con la seguridad, la ordenanza pública y el control social. Durante las décadas de 1950 y 1960, surgieron ideas y teorías que defendían un enfoque más disciplinado del espacio público, promoviendo la segregación y el control social.

En ese período se llevaron a cabo proyectos de renovación urbana que restringieron la circulación de personas en el espacio público y promovieron una arquitectura hostil hacia ciertos grupos de población. Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XX, también se desarrollaron perspectivas críticas a la arquitectura hostil y esta agresiva forma de diseño, cuestionándose su impacto en la inclusión social, la calidad de vida de las personas y la vitalidad de los espacios urbanos.

 

(Con información de Nelson Rafael Bustamante Abidar)



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