DOBLE LLAVE – El Gobierno de Panamá estudia las «posibilidades» de trasladar a migrantes venezolanos hasta la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, después de que estos lleguen en un «flujo inverso» desde el norte hacia el sur del continente ante la imposibilidad de entrar a EE.UU., informó el presidente panameño, José Raúl Mulino.
«El envío a Venezuela, como lo he dicho, no es factible desde Panamá por parte nuestra. Nosotros no tenemos contacto alguno con el Gobierno de Venezuela. Sin embargo, habiéndose dado una repatriación desde los Estados Unidos (…) estamos ensayando posibilidades para que ahora con ese flujo inverso podamos volarlos de Panamá a Cúcuta, que es territorio colombiano, y establecer de ahí el tránsito, como corresponda y se pueda, hacia Venezuela», señaló Mulino en su conferencia de prensa semanal.
Esta semana las autoridades panameñas anunciaron que estaban analizando las posibles vías para trasladar a los migrantes venezolanos directamente a su país o a través de un tercero, al no existir relaciones diplomáticas entre las dos naciones.
Panamá y Venezuela mantienen sus relaciones diplomáticas suspendidas así como su espacio aéreo cerrado después de que el país centroamericano reconociera al líder opositor Edmundo González Urrutia como el «electo presidente» y considera fraudulentas las elecciones en Venezuela.
Medidas de Panamá
Los venezolanos han sido el grupo mayoritario entre los migrantes que cruzan la selva del Darién, la frontera entre Panamá y Colombia, para llegar hasta Norteamérica en busca de mejores condiciones de vida.
Además, a pesar de que la Administración de Mulino implementó duras políticas migratorias para bajar hasta números mínimos el flujo por esa jungla, incluidos vuelos de repatriación financiados por Estados Unidos, los venezolanos no se veían afectados, al no existir relaciones bilaterales con Venezuela.
Pero ante las políticas migratorias del Gobierno de Donald Trump, que permiten las redadas y un aumento de las deportaciones, el flujo migratorio se produce ahora de norte a sur.
«Sin embargo, ahora tenemos el problema del flujo al revés, el flujo contrario, los que vienen regresando desde el norte«, señaló este jueves Mulino.
Ante ello, Panamá y Costa Rica acordaron el pasado martes una serie de medidas para enfrentar ese nuevo flujo migratorio inverso, que incluyen llevar a esos migrantes a albergues instalados en las fronteras comunes y en el Darién, limítrofe con Colombia, para posteriormente repatriarlos «por vía aérea o marítima a sus países de origen», según el ministro de Seguridad panameño, Frank Ábrego.
De interés: Más de 913.000 migrantes venezolanos regresaron desde 2018
DOBLE LLAVE
Con información de EFE Servicios y redes sociales
Fuente de imagen referencial: EFE/Carlos Lemos
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