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Esteban y Belinda son entrenadores de baloncesto de instituto y están preparando a sus jugadoras para el primer partido de la temporada. Durante más de un mes, han trabajado con prácticas individuales y con sus equipos al completo, ejercitándolas en los aspectos básicos y practicando habilidades clave en cada entrenamiento hasta que las jugadoras lo hacen bien. Todas están listas para la temporada, pero siguen repitiendo los mismos ejercicios en cada entrenamiento, para que se sigan trabajando en estas habilidades hasta que consigan dominarlas y automatizarlas.
Esteban y Belinda también dan clase de biología en un instituto. Cuando preparan a su alumnado para una prueba, utilizan un enfoque típico: introducen cada tema durante una clase y, a continuación, hacen que los alumnos completen una o dos hojas de actividades sobre el material pertinente.
Después, hacen hincapié en que esos temas estarán en la próxima prueba. Lo normal es que una o dos tardes (o noches) antes de la prueba, los alumnos repasan el material en un único intento después de la práctica.
Ambos docentes no se sorprenden cuando sus alumnos obtienen malos resultados, porque a menudo les cuesta retener lo que han estudiado la noche anterior lo suficiente para rendir en los exámenes. Puede resultar obvio que el planteamiento de Belinda y Esteban para el baloncesto es diferente al de la biología. Pero, ¿cuál es la diferencia y qué importancia tiene?
Sin darse cuenta, Belinda y Esteban estaban utilizando el reaprendizaje sucesivo para ayudar a sus jugadoras a mejorar sus habilidades baloncestísticas. De hecho, casi todas las habilidades en las que la gente es buena han surgido de la aplicación del reaprendizaje sucesivo. El reaprendizaje sucesivo implica la combinación de otras dos estrategias eficaces: la práctica de la evocación (el «qué» hacer, véase aquí) y la práctica espaciada (el «cuándo» hacerlo, véase aquí).
Algunos ejemplos de evocación son intentar explicar el significado de un concepto o una definición, recuperar el nombre correcto de una estructura (por ejemplo, parte de una neurona) o incluso evocar las fases de un proceso largo (por ejemplo, la fotosíntesis) dibujándolas en un papel.
En el reaprendizaje sucesivo, si la respuesta es incorrecta, podemos estudiar la respuesta correcta y realizar otra prueba práctica sobre el mismo tema más adelante. Sería como lanzar tiros libres dentro de cuatro entrenamientos, después de un partido en el que no hemos logrado encestar muchos tiros libres.
Así, podemos seguir realizando pruebas (test de autoevaluación) y volviendo a estudiar todos los conceptos hasta que cada uno de ellos se hubiera aprendido correctamente. Después de una sesión inicial de práctica, volveríamos a aprender los mismos conceptos durante dos o más sesiones posteriores (es decir, práctica espaciada) para practicar de nuevo la evocación (con retroalimentación) hasta que todos se recuperasen de nuevo correctamente.
Aunque el reaprendizaje sucesivo implica tanto la práctica de evocación como la práctica espaciada, es muy diferente de la simple combinación de ambas técnicas, tal y como se utilizan habitualmente. En primer lugar, la práctica de evocación suele consistir en un único intento de recuperar un concepto. Por ejemplo, intentar responder a una única pregunta de opción múltiple para un concepto determinado al principio o al final de la clase, independientemente de que el concepto se recupere correctamente o no. Aquí se trata de practicar hasta que se sabe responder correctamente a todas las actividades planteadas.
En contraste, para el reaprendizaje sucesivo, las personas:
(a) continúan practicando la evocación (con retroalimentación) hasta que
responden correctamente al menos una vez durante una sola sesión y, lo que es más importante
(b) vuelven al mismo contenido para reaprenderlo durante una o más sesiones.
Como ya se ha indicado, la práctica en una sesión para un concepto determinado sería espaciada, ya que si una respuesta es incorrecta, entonces ese ítem no se volvería a preguntar hasta que se practicaran otros ítems del conjunto a aprender (por ejemplo, una pila de flashcards).
Dado que el reaprendizaje sucesivo obviamente implica volver a aprender, la práctica de todos los ítems también se espacia a lo largo de los días, lo que aumentaría aún más su impacto en el aprendizaje a largo plazo.
En conclusión, esta idea del reaprendizaje sucesivo tiene mucho que ver con el trabajo por versiones y prácticas de evaluación formativa que hemos desarrollado en otras partes del blog. En realidad, la idea es sencilla: resulta difícil aprender algo por lo que pasamos una sola vez. Necesitamos trabajar sobre versiones, realizar una actividad hasta que la dominamos por completo, para lograr un aprendizaje profundo y significativo. Esto implica que debemos espaciar las sesiones de práctica de evocación, y buscar maneras de introducir elementos pasados para que el alumnado tenga la oportunidad de revisitar ideas importantes de vez en cuando.