Una guía rápida a los sesgos cognitivos (primera parte) – Investigación Docente

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Recomiendo leer:

Comparto en esta entrada la traducción de la entrada más leída que jamás haya comentado: la “Cognitive Bias Cheat Sheet” de Buster Benson. Se trata de un autor que llevaba muchos años consultando la lista de sesgos cognitivos de Wikipedia cada vez que tenía la corazonada de que un determinado tipo de pensamiento es un sesgo oficial pero no podía recordar el nombre o los detalles. Tanto para él, como espero que para vosotros, esta entrada es una referencia inestimable para ayudarnos a identificar los defectos ocultos de nuestro propio pensamiento. No he encontrado nada que sea tan completo y conciso.

En la actualidad, solamente en Wikipedia puedes encontrar 175 sesgos en categorías vagas (sesgos en la toma de decisiones, sesgos sociales, errores de memoria, etc.) que no parecen mutuamente excluyentes, y luego las enumera alfabéticamente dentro de las categorías. Hay duplicados en abundancia, y muchos sesgos similares con nombres diferentes, dispersos de un lado a otro.

Buster Benson se ha tomado el tiempo de tratar de asimilar y entender más profundamente esta lista, y para tratar de llegar a una estructura organizativa más simple y clara para colgar estos prejuicios. Empezó con la lista bruta de los 175 sesgos y los añadió todos a una hoja de cálculo, después hizo otra pasada eliminando duplicados y agrupando sesgos similares (como el efecto de extrañeza y el efecto de humor) o sesgos complementarios (como el sesgo de optimismo y el sesgo de pesimismo). La lista se redujo a unas 20 estrategias mentales sesgadas únicas que utilizamos por razones muy específicas. Yo he tratado de aportar enlaces en castellano. Las fuentes son variadas pero al menos describen el sesgo. En aquellos casos donde no he encontrado nada, o lo que he encontrado era manifiestamente dudoso, he omitido el enlace. En los demás casos, tienes aquí una lista de enlaces para describir distintos tipos de sesgos cognitivos.

Después de varios intentos diferentes de agrupar estas 20 estrategias a un nivel superior, al final acabó agrupándolas por el problema mental general que intentaban resolver. Todos los sesgos cognitivos están ahí por una razón, principalmente para ahorrar tiempo o energía a nuestro cerebro. Si los analizamos según el problema que intentan resolver, es mucho más fácil entender por qué existen, su utilidad y las compensaciones (y los errores mentales resultantes) que introducen.

Cuatro problemas que los sesgos nos ayudan a abordar: La sobrecarga de información, la falta de sentido, la necesidad de actuar rápido, y el averiguar qué hay que recordar para más tarde.

Problema 1: Demasiada información.

Hay demasiada información en el mundo y no tenemos más remedio que filtrarla casi toda. Nuestro cerebro utiliza algunos trucos sencillos para seleccionar los fragmentos de información que tienen más probabilidades de ser útiles de alguna manera.

Por eso…

A. Nos fijamos en las cosas que ya están grabadas en la memoria o que se repiten a menudo. Se trata de la sencilla regla según la cual es más probable que nuestro cerebro se fije en cosas que están relacionadas con otras que se han cargado recientemente en la memoria.

Véase: Heurística de disponibilidad, Sesgo atencional, Efecto de verdad ilusoria, Efecto de mera exposición, Efecto de contexto, Olvido dependiente de la señal, Sesgo de memoria congruente con el estado de ánimo, Ilusión de frecuencia o Fenómeno Baader-Meinhof, Brecha de empatía.

B. Las cosas extrañas/graciosas/visualmente llamativas/antropomórficas destacan más que las cosas no extrañas/graciosas. Nuestro cerebro tiende a dar más importancia a las cosas inusuales o sorprendentes. Por el contrario, tendemos a pasar por alto la información que nos parece ordinaria o esperada.

Véase: Efecto de extrañeza, Efecto humor, Efecto Von Restorff, Sesgo de negatividad, Sesgo de publicación, Sesgo de omisión.

C. Cuando algo ha cambiado, tenderemos a ponderar la importancia del nuevo valor en función de la dirección en que se haya producido el cambio (positiva o negativa) más que a revaluar el nuevo valor como si se hubiera presentado solo. También se aplica cuando comparamos dos cosas similares.

Véase: Anclaje, Efecto de contraste, Efecto de encuadre, Ley de Weber-Fechner, Sesgo de distinción

D. Nos atraen los detalles que confirman nuestras propias creencias. Esto es muy importante. Como lo es el corolario: tendemos a ignorar los detalles que contradicen nuestras propias creencias.

Véase: Sesgo de confirmación, Sesgo de congruencia, Racionalización posterior a la compra, Sesgo de apoyo a la elección, Percepción selectiva, Efecto observador-esperanza, Sesgo del experimentador, Sesgo de expectativa, Efecto avestruz, Validación subjetiva, Efecto de influencia continuada, Efecto Semmelweis, Error del cubo, Efecto de la gravedad narrativa

E. Nos damos cuenta más fácilmente de los defectos de los demás que de los nuestros. Sí, antes de que veas todo este artículo como una lista de rarezas que comprometen la forma de pensar de otras personas, date cuenta de que tú también estás sujeto a estos sesgos.

Véase: Prejuicio de punto ciego, Cinismo ingenuo, Realismo ingenuo.

Problema 2: Falta de sentido.

El mundo es muy confuso y al final sólo vemos una pequeña parte de él, pero necesitamos encontrarle algún sentido para sobrevivir. Una vez que llega el flujo reducido de información, conectamos los puntos, rellenamos los huecos con cosas que ya creemos saber y actualizamos nuestros modelos mentales del mundo.

Por eso…

A. Encontramos historias y patrones incluso en datos escasos. Como sólo recibimos una pequeña parte de la información del mundo, y además filtramos casi todo lo demás, nunca nos podemos permitir el lujo de tener la historia completa. Así es como nuestro cerebro reconstruye el mundo para sentirlo completo dentro de nuestras cabezas.
Véase: Confabulación, ilusión de agrupamiento, insensibilidad al tamaño de la muestra, descuido de la probabilidad, falacia anecdótica, ilusión de validez, falacia del enmascarado, ilusión de recurrencia, falacia del jugador, falacia de la mano caliente, correlación ilusoria, pareidolia, antropomorfismo.

B. Completamos las características a partir de estereotipos, generalidades e historias previas siempre que hay nuevos casos específicos o lagunas en la información. Cuando tenemos información parcial sobre algo concreto que pertenece a un grupo de cosas con las que estamos bastante familiarizados, nuestro cerebro no tiene ningún problema en rellenar los huecos con las mejores conjeturas o con lo que nos proporcionan otras fuentes de confianza. Luego olvidamos qué partes eran reales y cuáles estaban rellenadas.

Véase: Error de atribución grupal, Error de atribución final, Estereotipia, Fijeza funcional, Efecto de credencial moral, Hipótesis del mundo justo, Argumento desde la falacia, Sesgo de autoridad, Sesgo de automatización, Efecto arrastre, Efecto placebo.

C. Imaginamos que las cosas y las personas con las que estamos familiarizados o a las que apreciamos son mejores que las cosas y las personas con las que no estamos familiarizados o a las que no apreciamos. Parecido a lo anterior, pero las partes rellenadas suelen incluir también suposiciones sobre la calidad y el valor de lo que estamos viendo.
Véase: Efecto halo, Sesgo de grupo, Sesgo de homogeneidad fuera del grupo, Sesgo de raza cruzada, Efecto animador, Efecto camino trillado, No inventado aquí, Devaluación reactiva, Efecto de positividad.

D. Simplificamos las probabilidades y los números para que sea más fácil pensar en ellos. Nuestro subconsciente es pésimo para las matemáticas y, por lo general, se equivoca en todo tipo de cosas sobre la probabilidad de que algo ocurra si le falta algún dato. 

Véase: Contabilidad mental, Sesgo de normalidad, Falacia de apelación a la probabilidad, , Falacia de la frecuencia base, Ley de Murphy, Ley de Hofstadter, Efecto de subaditividad, Sesgo de supervivencia, Falacia de suma cero, Efecto de denominación, Número mágico 7+-2, Ilusión del cuerpo del nadador, Ilusión monetaria.

E. Creemos saber lo que piensan los demás. En algunos casos esto significa que suponemos que ellos saben lo que nosotros sabemos, en otros casos suponemos que están pensando en nosotros tanto como nosotros en nosotros mismos. Básicamente, lo que hacemos es modelar su propia mente según la nuestra (o, en algunos casos, según una mente mucho menos complicada que la nuestra).
Véase: Maldición del conocimiento, Ilusión de transparencia, Efecto foco, Efecto farola, Ilusión de agencia externa, Ilusión de perspicacia asimétrica, Error de incentivo extrínseco

F. Proyectamos nuestra mentalidad actual y nuestras suposiciones sobre el pasado y el futuro. A esto se añade el hecho de que no somos muy buenos imaginando la rapidez o lentitud con que sucederán o cambiarán las cosas a lo largo del tiempo.
Véase: Sesgo retrospectivo, Sesgo de resultado, Suerte moral, Declinismo, Efecto telescópico, Retrospección idílica, Sesgo de impacto, Sesgo de optimismo, Falacia de planificación, Sesgo de ahorro de tiempo, Sesgo proinnovación, Sesgo de proyección, Sesgo de restricción, Sesgo de autoconsistencia.

Acabamos esta primera parte, y en breve llegará la segunda con más sesgos. ¡Mucho que leer!



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