sin miedo al sida o prácticas sexuales con drogas

Salud

Haber perdido el miedo al sida ante la eficacia de la profilaxis pre-exposición; el consumo de drogas para mantener relaciones sexuales y el incremento de las pruebas de detección en programas específicos son las principales causas del “preocupante” aumento de las infecciones de transmisión sexual (ITS) en España, una realidad que cobra protagonismo en el Día Mundial de la Salud Sexual.

Así se refleja en el informe sobre ITS “Infecciones de transmisión sexual en España: estado actual” elaborado por el Comité Científico sobre COVID y Patógenos Emergentes del Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM).

Este documento de posicionamiento señala un aumento de ITS como gonocócica, sífilis y clamidia, especialmente entre jóvenes de 15 a 19 años y en hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres (HSH).

El objetivo principal de este informe es recopilar información de la situación epidemiológica actual y realizar una actualización del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades más prevalentes.

Entre ellas, la infección por VIH en España, cuya vía de trasmisión es sexual en un 81,7 % de los nuevos diagnósticos y la viruela del mono (Mpox) que en este momento se comporta como una ITS.

Los datos de las ITS

Según los datos en España mencionados por el ICOMEM, de 7.541 casos de Mpox diagnosticados, un 98 % corresponde a hombres con una edad media de 37 años, registrados hasta el 1 de marzo de este año en las 17 comunidades autónomas.

Además, las infecciones genitales por Chlamydia trachomatis muestran un incremento constante en su incidencia durante los últimos años, con más del 40 % de los casos que se presentan en menores de 25 años.

En cuanto al herpes genital (VHS), afecta al 10-15 % de la población adulta, mientras que la sífilis presenta una incidencia en España de 30,81 casos por cada 100.000 habitantes en la población de edades comprendidas entre los 20 y los 24 años.

¡Cuidado con el VIH!

Perder el miedo al VIH por sentirse seguro por utilizar la profilaxis pre-exposición supone bajar la guardia.

Aunque se reduce la probabilidad de contraer la infección por VIH en pacientes no infectados y su efectividad para prevenir la transmisión sexual del VIH se estima en alrededor del 99 %, “se ha notado que su uso puede llevar a que los pacientes se relajen en cuanto a la utilización de métodos de barrera anticonceptivos, como el preservativo”, apunta el documento.

Por eso, especialmente en los últimos 10 años, se ha detectado un continuo incremento de las ITS bacterianas en los usuarios de esta terapia profiláctica.

Determinadas prácticas sexuales, como el consumo de determinadas drogas para tener relaciones sexuales, conocido como chemsex, también ponen en el punto de mira a la salud sexual.

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“Angels. Vivo con VIH y…”. Fotografía perteneciente a la exposición virtual Itinerantas 2022, proyecto organizado por CESIDA y desarrollado por la doctora Álvarez, con la colaboración de la ONG CALCSICOVA

Los retos

Para este grupo de expertos, las ITS constituyen “un problema de salud pública de primera magnitud”, aunque la situación real en España “no se conoce bien en el momento actual”.

Uno de los retos es mejorar los caminos que siguen los pacientes con sospecha de ITS hasta su “adecuado diagnóstico y tratamiento” ya que “se conoce mal”.

Los expertos del ICOMEM entienden que este problema es fundamentalmente manejado en instituciones
sanitarias de titularidad pública, y que los servicios de Atención Primaria y de urgencias hospitalarias, junto con algunas instituciones destinadas a este problema, son los receptores de la mayor parte de estas enfermedades.

Otra de las dificultades de las ITS radica en la disponibilidad de las pruebas microbiológicas necesarias para su diagnóstico, a lo que suma el aumento de costes de la implantación de técnicas moleculares de última generación y las dificultades del transporte de muestras.

También consideran necesario conocer mejor los grupos de riesgo donde centrar y advierten que las ITS también son un problema en la edad pediátrica y que su presencia puede ser un marcador de abuso sexual con lo que supone de actividad asistencial pero también medicolegal.

Tras reconocer la creación de un área ministerial de atención específica a las ITS y la existencia de planes para mejorar el diagnóstico, tratamiento y prevención de estos problemas, estiman que todavía se carece “de la necesaria evidencia sobre el impacto”.

“No podemos olvidar que se trata de enfermedades que trascienden al individuo y constituyen un problema de Salud Pública”, subraya el documento.

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