Desarrollar buena política de responsabilidad social, es indispensable para el desrrollo de las empresas, ya que a través del mismo implica inserción laboral, aumento del incentivo laboral, sentimiento de pertenencia, al tiempo que retiene el talento, potencia la productividad y genera un ambiente más positivo en el trabajo.
El informe realizado por ESADE explica que “La influencia de la RSE en la gestión de personas: Buenas prácticas”, en el que en sus conclusiones se hace constar que a la hora de llevar a cabo políticas activas que permitan a la empresa aportar un valor añadido, en materia de compromiso social y con el medio ambiente, debemos apostar por una gestión responsable de las personas en la empresa.
En este sentido, el documento cuenta con un decálogo, en el que se manifiestan las principales líneas de actuación, que debe seguir la compañía para aplicar con eficacia y buenas prácticas estas iniciativas, y que, de este modo, redunden en beneficio de los trabajadores y de la empresa.
Asimismo, también en este tipo de políticas se incluyen las de integración, las de igualdad de oportunidades, priorizando una cultura empresarial basada en valores, potenciando el empleo de calidad con la incorporación de personas con discapacidad, fomentando así un entorno laboral más colaborativo, más acorde con las necesidades de la sociedad actual.