Los pilotos de la aviación española cuentan con más amenazas de salud que la población general, como mayores problemas de sueño y un riesgo de cáncer superior. Además, los niveles de salud mental que presentan son cuatro veces peor.
Conclusiones que se desprenden del “Estudio Epidemiológico en los Pilotos de la Aviación Española”, realizado por el Grupo de investigación EPINUT de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que también ha contado con la colaboración del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (COAPAC).
El estudio cuenta con una muestra de 359 pilotos (344 hombres y 15 mujeres) y su objetivo es analizar los problemas de salud y los riesgos vinculados al ejercicio de la profesión.
“Los pilotos son un colectivo con mejores hábitos de dieta y ejercicio que la población general. Sin embargo, las especiales condiciones de su trabajo (hábitat presurizado, baja humedad, postura, cambios horarios, demanda mental…) suponen un gran reto físico y mental. Dos terceras partes de los sujetos del estudio, padece desórdenes musculo-esqueléticos (lumbalgias, dorsalgias, cervicalgias) provocadas por sobrecargas posturales y hay mayor predisposición a ciertos tipos de cáncer”, explica María Dolores Marrodán, directora del Grupo de investigación EPINUT de la UCM.
Riesgo de enfermedad cardiovascular
Según el informe, los pilotos españoles tienen una condición nutricional más favorable que la población general. Asimismo, presentan menores tasas de obesidad, hipertensión, hiperglucemia e hiperlipidemia.
Sin embargo, casi la mitad de los pilotos (46,2 %) muestran un índice aterogénico del plasma por encima del valor saludable y, en consecuencia, un cierto riesgo de enfermedad cardiovascular.
El 10 % presentaron hipertensión, el 42,6 % hipercolesterolemia, el 9,4 % LDL elevado y el 10,6 % HLD bajo. Además, el 8,1 % tenían los triglicéridos elevados y el 9,4 % glucosa elevada.
Enfermedades relacionadas con la profesión
Entre las primeras enfermedades relacionadas con el ejercicio de la profesión, la pérdida auditiva fue la más prevalente, seguida de la presencia de acúfenos o “tinnitus” que está muy vinculada con la hipoacusia.
Y, aproximadamente, dos terceras partes de la muestra, padecían desórdenes músculo-esqueléticos (lumbalgia, dorsalgias, cervicalgias) provocados por sobrecargas posturales.
Del estudio también se desprende que la prevalencia de cáncer ajustada para la edad, es superior en pilotos que la que corresponde a la población general española.
En concreto, los casos de cáncer de próstata (32 %) y de melanoma (18 %) aparecen con un porcentaje mucho mayor que el que se puede encontrar en el resto.

Mayores problemas de sueño
Otro de los problemas que en mayor medida presentan los pilotos están relacionados con la higiene del sueño.
El 56 % de los pilotos españoles tiene un sueño anómalo que favorece la somnolencia en situaciones cotidianas, lo que puede comprometer la atención en situaciones de trabajo.
Por otra parte, un 54,3 % de los pilotos de corta distancia y un 40,4 % de larga distancia considera que no tienen suficiente descanso entre vuelos. Y el 48,7 % se consideran sujetos en riesgo.
Además, un 61 % de los individuos de la muestra presentaba un sueño de mala calidad, un porcentaje que se eleva hasta casi el 68 % entre el grupo de pilotos que recorren largas distancias.
Ana María Alaminos, coautora del estudio en EPINUT destaca que “más de la cuarta parte de los pilotos estudiados (28,2 %) presenta “sobrecarga de trabajo” al ser evaluado por el método NASA. Un 18 % padece fatiga severa y un 20 % somnolencia diurna entre moderada y grave. En concreto, estos tres últimos factores suelen ser concurrentes y pueden comprometer seriamente la salud y el desempeño de estos profesionales”.
¿Qué hay de la salud mental?
En cuanto a la salud mental de los pilotos, el propio estudio de la UCM descarta que represente un motivo de morbilidad, sin embargo, los niveles observados son cuatro veces peor que el de la población española general.
Las cifras de prevalencia de “malestar psicológico” son comparables a otras profesiones caracterizadas por un alto nivel de exigencia o estrés psicológico, como en el caso de los sanitarios que atendieron a enfermos de la covid-19 en fase aguda durante la pandemia.