Para el Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora cada 5 de junio, en EFEsalud indagamos en el uso doméstico que hacemos del plástico, sobre todo en la cocina, y cómo puede afectar a nuestra salud sin que nosotros nos demos cuenta.
No sabemos usar los envases
Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), a partir de una encuesta, sólo uno de cada dos consumidores usa correctamente los envases alimentarios, lo que aumenta el riesgo de que las sustancias que los componen migren al alimento que contienen.
Solo el 47 % de las personas consultadas, más de mil, sabe que algunos envases plásticos podrían liberar sustancias químicas cuando entran en contacto con alimentos ácidos como, por ejemplo, el tomate troceado , y grasos -como un guiso con aceite-.
Y apenas un 15 % sabe que la migración de sustancias al alimento es más probable cuando se guarda caliente en el envase.
En este sentido, aunque sólo los envases con el símbolo del microondas pueden calentarse en este electrodoméstico, el 27 % de los encuestados no comprende el símbolo que garantiza su uso seguro en el microondas.
Los peligros del plástico para la salud
Según subraya a EFEsalud el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), Miquel Porta, “hace años que está claro que los alimentos calientes no deben estar en contacto con plásticos: ni ponerlos calientes recién cocinados ni calentarlos en plásticos”.
Apunta que la detección “generalizada” y “constante” de plásticos en las personas (por ejemplo, fenoles) se debe a esta exposición cotidiana que es lógico que se produzca en establecimientos de restauración, cafeterías laborales, de hospitales y comedores escolares.
Tal y como refleja el estudio de la Comisión Minderoo-Monaco sobre Plásticos y Salud Humana, en la actualidad existen suficientes conocimientos científicos para afirmar que los componentes, aditivos y residuos plásticos alteran la función endocrina y otros sistemas fisiológicos.
Así, contribuyen a causar partos prematuros, trastornos del neurodesarrollo, defectos congénitos reproductivos en los niños, infertilidad, obesidad, enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales y algunos tipos de cáncer.
Abunda el informe en que los plásticos incluyen carcinógenos, neurotóxicos y alteradores endocrinos como los ftalatos, los bisfenoles, las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), los retardantes de llama bromados -mezclas de productos químicos artificiales que se añaden a una amplia variedad de productos- y los retardantes de llama organofosforados.
“Son componentes integrales del plástico y responsables de muchos de los perjuicios de los plásticos para la salud humana y el medio ambiente”, sostiene el documento.
¿Hay alternativa?
¿Y qué alternativas hay a estos recipientes? Porta recuerda que el cristal y la cerámica “son mucho más inertes” y “hay muchísima menos migración de tóxicos desde el recipiente al alimento y al cuerpo”.
“Son mejores opciones mientras nos resulten prácticos”, abunda.
Por su parte, la OCU también aconseja usar preferiblemente recipientes de acero inoxidable, vidrio o cerámica para prevenir posibles contaminaciones, además de tratar de evitar envases viejos, desgastados o con sabor u olor raros.
Asimismo, recomienda evitar calentar tuppers de plástico en el microondas y hacerlo mejor en un plato; no reutilizar envases de un solo uso; no emplear nunca envases de bambú mezclado con plástico; y no usar papel de aluminio para envolver alimentos salados o ácidos, entre otros.
El investigador del IMIM sostiene que en cuanto al uso del plástico hay responsabilidad individual, pero ésta es limitada mientras que el impacto de las grandes empresas en la contaminación plástica es masivo.
“Los estudios muestran que el comportamiento individual tiene una eficacia muy limitada para protegerse a sí mismo y al planeta, aunque los comportamientos sean esenciales por razones éticas y prácticas. Sin embargo, para ser eficaces en evitar la contaminación por plásticos necesitamos mejores políticas públicas y empresariales”, resalta Porta.
Ley de Residuos
España aprobó el pasado año la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una economía circular.
Entre otras cosas, recoge la reducción del contenido de sustancias peligrosas en materiales y productos de acuerdo con los requisitos legales “evitando, en especial, la presencia de sustancias incluidas en el anexo XIV del Reglamento REACH o sustancias restringidas recogidas en su anexo XVII, y de los alteradores endocrinos. En particular, y de conformidad con lo previsto en estas normas, estará prohibida la utilización de ftalatos y bisfenol A en envases”.
La norma indica que, con el fin de promover la prevención de envases de un solo uso, como muy tarde desde el pasado 1 de enero los comercios minoristas de alimentación cuya superficie sea igual o mayor a 400 metros cuadrados deben destinar al menos el 20 % de su área de ventas a la oferta “de productos presentados sin embalaje primario, incluida la venta a granel o mediante envases reutilizables”.
Y todos los establecimientos que vendan productos frescos y bebidas, así como alimentos cocinados, deberán aceptar el uso de recipientes reutilizables (bolsas, táperes, botellas, entre otros) adecuados para la naturaleza del producto y debidamente higienizados.
“Tales recipientes podrán ser rechazados por el comerciante para el servicio si están manifiestamente sucios o no son adecuados. A tal fin, el punto de venta deberá informar al consumidor final sobre las condiciones de limpieza e idoneidad de los recipientes reutilizable”, apunta la norma.
#SinContaminaciónPorPlásticos
Para este Día Mundial del Medio Ambiente, que en esta ocasión celebra su 50 aniversario, Naciones Unidas ha decidido que se centre en las soluciones a la contaminación por plásticos bajo la campaña #SinContaminaciónPorPlásticos.
Según la ONU, es un recordatorio de que la actuación de las personas frente a la contaminación por plásticos “es importante”.