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El desarrollo de la obesidad es uno de los temas que más preocupa actualmente a la Organización Mundial de la Salud, puesto que esta condición repercute severamente en el bienestar de las personas, acarreándoles numerosos problemas y enfermedades, tales como la diabetes y deficiencia cardiovascular.
Los investigadores del King’s College de Londres y del Colegio Imperial de Londres aseguran que descubrieron una proteína que está relacionada con el desarrollo o no de la obesidad, un avance sumamente útil para diseñar tratamientos eficaces que hagan frente a la proliferación de esta enfermedad.
En la actualidad, la ciencia está más que convencida de que dos factores intervienen crucialmente en la obesidad: el genético y un estilo de vida poco saludable. La clave para la prevención se encuentra en la práctica de ejercicio físico y en cuidar nuestra alimentación, incluyendo generosas porciones de fibra en la dieta diaria.
La fibra es capaz de servir de alimento a la flora intestinal, lo que la hace necesaria para la microbiota intestinal y aporta beneficios a nuestra salud. A la vez nos permite sentir una sensación de saciedad, apagando nuestro deseo de seguir comiendo.
El estudio de los científicos británicos identificó la existencia del receptor de ácidos grasos libres 2, o lo que llamaron FFAR2. Esta proteína, presente en la fibra, es la que puede contrarrestar los problemas de la obesidad.
