Romper el silencio, un libro que reflexiona sobre el suicidio

Salud

EFEsalud habla con Enric Armengou, psiquiatra con más de veinticinco años de experiencia y especialista en el tratamiento y la prevención de los trastornos alimentarios y de la conducta suicida. En su libro, recientemente publicado, “Romper el silencio. Reflexiones para entender y prevenir el suicidio entre jóvenes” aclara las dudas sobre el suicidio y tiende una mano tanto a los jóvenes como a los padres, educadores y profesionales de la salud.

Romper el silencio frente al suicidio: “Es verdad que los hijos no te escuchan, pero te miran y te oyen”


Imagen de la portada del libro. /EFE

La palabra adolescencia deriva del latín adolesco-adolescere, que significa adolecer y se traduce en la práctica como “crecer a pesar de todo, con dificultades”. El doctor y autor del libro “Romper el silencio” Enric Armengou, proporciona un enfoque que parte de la escucha y la comprensión del adolescente.

De este modo, el libro busca ofrecer una visión integral para comprender e identificar los factores de riesgo y aplicar formas adecuadas de comunicación entre padres e hijos.

Hoy, 10 de septiembre, se conmemora en Día Mundial de la Prevención del Suicidio.

Las tres grandes crisis de los jóvenes

Enric Armengou observa que los adolescentes están atravesando una crisis, pues el joven actual tiene muchas expectativas muy altas, pero por otro lado, los tres factores que dan más seguridad a la persona parece que cada vez es más difícil garantizarlos.

Estos consisten en la aceptación personal, tener buenos vínculos interpersonales y tener un proyecto. El doctor señala que “la gente tiene muchas relaciones a distancia, pero muy pocas de intimidad“, lo que reduce uno de los apoyos más importantes de esta fase vital.

FOMO romper el silencio
EFE/Enric Fontcuberta

Según los datos que recoge el libro en sus primeras páginas, el suicidio es la primera causa de muerte no violenta y en los últimos ocho años ha habido un incremento significativo, especialmente en 2022, de pensamientos suicidas, conductas autolesivas y trastornos psicológicos entre personas jóvenes.

Otro de los factores que señala el doctor se debe a una educación caracterizada por el exceso de cuidado, lo que hace que el adolescente tolere menos las frustraciones.

Además se ha observado un considerable aumento de la conducta suicida en mujeres a raíz de la presión a la que se ven expuestas las jóvenes en redes sociales.

Las redes sociales, un factor que puede afectar

“El suicidio es una solución eterna para un problema que muchas veces es temporal”.

Enric Amengou explica el agravamiento que producen las comparaciones y complejos de las redes sociales en la conducta de los adolescentes citando un fragmento de un poema de una de sus pacientes: “Y me invade la noche cuando salen los fantasmas y los buenos duermen”.

“De alguna manera, gran parte del contenido de las redes está mostrando gente que es casi como tú, con vidas y cuerpos perfectos, satisfechos. Entonces el joven dice: si esta persona que es como yo y está feliz, lo normal es estar feliz y fantástico siempre, y el momento en que hay crisis piensan que no es lo normal”, explica el autor de “Romper el silencio”.

EFE/Luis Tejido

Además, las redes sociales llevan a tener una relación solitaria. De hecho, el doctor señala que el consumo se dispara por la noche porque es cuando más sienten la soledad “y salen los fantasmas”. Al final lo que se establece por la pantalla son contactos, no vínculos.

Otro punto son las situaciones de acoso o malestar relacional que se continúan a través de las pantallas. Antes, cuando surgía un problema en clase, el joven desconectaba al salir del colegio. Sin embargo ahora les acompaña a través de las redes estén donde estén.

Los estigmas

Según el autor, es importante distinguir entre lo que es la ideación suicida y llevar el suicidio a término. El primer estigma es pensar que el suicidio solo se da cuando hay un trastorno mental.

“La ideación suicida se da cunado se sufre una angustia tremenda llamada en psicología como psychache, que significa un dolor psicológico muy profundo lleno de desesperación que parece no tener salida y como los jóvenes tienden a vivir las emociones con intensidad, piensan que es para toda la vida. Algún paciente me lo describía como un dolor del alma debido a su profundidad”, explica el doctor.

Según la teoría de Joiner citada en el libro, los jóvenes deben pasar por tres pasos:

  1. Aceptar que no son una carga
  2. Aceptar que no están solos
  3. Perder el miedo a hablar

Aun así, Enric Armengou señala que se debe prestar atención y cuidado a la forma en la que se abordan los temas del suicidio.

“Creo que se ha dado un cambio social muy importante que se está reflejando en los medios de comunicación tradicionales. Se habla diferente del suicidio, antes era un tabú, pero ahora se habla desde la comprensión de que es una dificultad, un dolor y un sufrimiento que siempre acompañan de recursos y ayuda. Sin embargo, en redes y en algunas series se habla del suicidio desde el exhibicionismo e incluso la idealización, lo que es bastante peligroso”, apunta el autor del libro.

¿Cómo acompañar como padres?

“No tengáis miedo a preguntar. Es verdad que los hijos no te escuchan, pero te miran y te oyen. Nunca preguntar en concreto y con cariño por el suicidio ha generado ideas”, especifica el doctor.

A partir de esta idea del diálogo y el acompañamiento, Armengou ofrece varias pautas para acompañar a quienes tengan conducta suicida:

  • Nunca hay que culpabilizar, sino tratar de comprender el dolor, aunque el detonante (como puede ser la ruptura con un novio) no signifique para nosotros algo grave. Está relacionado con la intensidad con la que lo vive el joven, no con la objetividad.
  • Regularse como padres, no alarmar. Ayudar desde la calma y acompañamiento.
  • Pedir ayuda profesional al médico de cabecera y al colegio desde el principio, aunque no parezca importante.
  • Prestar atención a los hijos, pues es la forma de prevención más profunda. Ser buenos observadores, pues, como dice el psiquiatra, “cuando algo parece que va mal, es que algo va mal”.

La ayuda: Acompañar, escuchar y aceptar los propios límites

La compañía y la conciliación familiar son unos de los elementos de prevención más fuertes, pues ante el sufrimiento habitual, quienes tienen riesgo de conducta suicida tienden a aislarse a veces incluso de manera llamativa, discutiendo, porque no se toleran a sí mismos y no saben como pedir ayuda.

Por eso, el doctor recomienda apuntar a los jóvenes a extraescolares relacionales, es decir, donde estén acompañados de otros adolescentes, y cuyos vínculos dan vida además de que las actividades extraescolares previenen la obesidad.

romper el silencio
Imagen del doctor Enric Armengou. /Foto cedida.

Otro consejo es limitar el consumo de redes a dispositivos sin batería que necesiten cable y estén dispuestos en espacios comunes, pues cuando se llevan el móvil o el ordenador a la habitación es cuando el entorno se puede intoxicar, indica el psiquiatra.

“Aceptar la vulnerabilidad te abre a la vida. Aquilino Polaino es un psiquiatra madrileño a quien cito al inicio del libro que dice: “Conocer los propios límites dilata nuestro horizonte, nos invita a nuevas opciones, amplía nuestra razón y nos hace más libres”. El fuerte no es que no cae y no sufre, sino el que se levanta. Si nuestros hijos conocen nuestra vulnerabilidad y cómo lidiamos con ella, nos sentirán como un lugar seguro y confiable para compartir sus propias crisis y fracasos”, concluye Enric Armengou.

Ver fuente