Combatamos el populismo con sus propias armas

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Hace unas semanas, estuve de vacaciones con mi madre y mi hermano. Estuvimos viajando en coche durante muchas horas, por lo que tuvimos mucho tiempo para charlar sobre temas variados, entre los cuáles se encontraban algunos temas políticos y de actualidad. Entre todos ellos, sobresalió el tema de la Agenda 2030. Mi madre no participaba tan activamente en las conversaciones, pero sí lo hacíamos los dos hermanos, cada uno aportando su punto de vista. Los comentarios y conclusiones de mi hermano siguen apareciendo en mis pensamientos aún ahora. Me sorprendieron por ser distintas a las que recordaba de la última vez que tuvimos tiempo para hablar de este tipo de cuestiones (hace ya un par de años, en otras vacaciones; es lo que tiene la distancia: él vive a caballo entre París, Bruselas y Barcelona, mientras que yo vivo en Madrid).

Mi sensación, tras hablar con él, fue que una parte relevante del cambio en sus opiniones proviene de una nueva fuente de información: los nuevos gurús de internet. Como sabréis, existen youtubers y otras celebrities variadas que se dedican a dar su opinión sobre todo tipo de temas en la red. Conozco a estas personalidades (no personalmente), y mi opinión acerca de sus comentarios es clara: tienen puntos de vista reaccionarios que, a través de un mensaje directo y sencillo y una forma de hablar similar a la que podemos tener con un amigo cuando nos vemos en persona, llegan mejor al público que muchos otros (quizás, yo mismo con las tribunas que escribo, lo que me lleva a pensar que debería lanzar un podcast… Pero ese es otro tema).

Entre los temas que hablamos, y a modo de ejemplo, apareció la Agenda 2030. Tuve que explicar en lo que consiste y el por qué es importante aplicarla. Aunque le convencí, uno de los comentarios que hizo fue que no parece que haya sido debatida entre las distintas partes implicadas, y que nos ha sido impuesta desde arriba. En realidad, la Agenda 2030 es un conjunto de objetivos lanzados por las Naciones Unidas y aprobados por unanimidad en la Asamblea General. Ni un solo país de los 193 miembros votó en contra. En el caso español, el representante ante las Naciones Unidas es designado por el ministro de Asuntos Exteriores del país, por lo que, efectivamente, a través de la elección de nuestros representantes, estamos dando apoyo a la implementación de la Agenda 2030. Además, no tiene sentido pensar que se trata de una imposición, cuando, en el fondo, solamente estamos hablando de objetivos, y el verdadero reto es su implementación. Me cuesta pensar que alguien pueda estar en contra de erradicar la pobreza, dar educación de calidad a todo el mundo o eliminar el hambre.

Aunque no los comentamos, otros temas que suelen mencionar las celebrities de internet son su oposición a la inmigración ilegal o al “control” de las mujeres sobre los hombres. En el primer caso, es fácil quejarse, pero no aportan soluciones reales e implementables. En el segundo caso, defienden un modelo de vida caduco y reaccionario, que no tiene en cuenta los cambios en la sociedad por miedo a perder unos privilegios que nunca deberían (deberíamos) haber tenido.

Creo que no somos conscientes de la repercusión que tienen estas personalidades de internet. La atención que reciben de mucha gente, en su mayoría jóvenes, puede llevarnos a un retroceso en los derechos conseguidos hasta ahora por parte de muchos colectivos o a un aumento del populismo.

Además, me preocupa que haya gente formada y con opinión que pueda cambiarla tras escuchar a estos gurús. Esto demuestra que la forma acaba ganando al fondo, lo que, en realidad, nos acerca a una posible solución: hablar claro y de forma directa, para todo el mundo, sin parecer que formamos parte de una élite. Combatamos el populismo con sus propias armas.

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