Cambios de hábitos y comportamientos generacionales en América Latina

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Por: Margarita Nanacatzin Romero Vázquez

El confinamiento en el tiempo álgido de la pandemia, permitió evitar un mayor número de muertes y la saturación de los servicios sanitarios en el mundo. Esta decisión trajo consecuencias a la economía mundial, así como modificaciones en los hábitos y comportamientos. De hecho, se ha vuelto cotidiano escuchar conceptos o expresiones como: sin tiempo de desconexión, home office, comercio electrónico, entre muchas otras.

En este contexto, donde la información es abrumadora, cabe la pregunta de si estas suposiciones son reales. ¿En verdad han existido cambios en el comportamiento a consecuencia de la emergencia sanitaria? ¿Estos cambios son generacionales? ¿Cómo se presentan en América Latina? Tales preguntas se robustecen frente a las condiciones de salud y económicas que vive la región. 

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región presenta el mayor número de defunciones reportadas por COVID-19 en el mundo, con cerca de 2.4 muertes por cada mil habitantes. Además, en el rubro económico, durante 2021 América Latina presentó las tasas más altas de inflación en el mundo. México, por ejemplo, cerró dicho año con el 7,36% de inflación, la más alta en los últimos 21 años. Esta situación no parece que mejore a corto plazo, ya que en marzo de este año, la tasa de inflación fue de 7,45%.

¿Hacia dónde van los hábitos y comportamientos en América Latina?

Al momento es inevitable pensar qué hábitos se han modificado, en particular  en temas como: prestar más atención a los precios; compras por conveniencia y cercanía; respaldo al comercio local; probar nuevos productos; consumo de segunda mano; uso de medios digitales para pagar; y de canales digitales y tiendas online. 

Como es posible observar, muchos de estos hábitos están relacionados con el tema económico, en particular con opciones más asequibles de compra, pero también con los medios digitales de consumo como el comercio electrónico. De hecho, tales hábitos permean a escala global, ya que de acuerdo con LLYC —consultora española, especializada en comunicación, gestión de la reputación y asuntos públicos— a escala global el 54% de la población ha visto afectados los ingresos de su hogar. 

Cambios generacionales en el mundo

En América Latina la cifra alcanza el 67%, dato que comparten México y Argentina. Por otro lado, Brasil alcanza el 68% de la población con esta afectación, mientras el punto más álgido lo presenta Colombia con el 71% y Chile alcanza el más bajo con el 54%. 

A nivel regional, más del 50% de la población ha sentido ansiedad en relación con su trabajo, dificultades para organizarse, así como encontrar un balance entre la vida personal y laboral. Además, la  pandemia también demostró el papel crucial que juegan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en diversos ámbitos de la vida cotidiana. Empero, estos cambios generacionales en los hábitos y comportamientos tienen variaciones de acuerdo con las generaciones que los viven. 

Cambios generacionales

Actualmente, las siguientes generaciones: Generación Z o Centennials  (1996 a 2012); Millenials o Generación Y (1981 a 1995); Generación X (1969 a 1980); Baby Boomers (1949 a 1968) tienen una marcada diferenciación que, en muchos sentidos, se establece por los avances tecnológicos y la adecuación a estos. 

Cada generación se ha constituído con particularidades específicas tanto a escala global como en América Latina. No obstante, las situaciones derivadas de la pandemia han formado un profundo cambio dentro de las generaciones que se pueden resumir de la siguiente manera:

La Gen Z latinoamericana, añora y busca estabilidad a cualquier precio, eso queda demostrado con un acercamiento a las finanzas personales bajo la premisa de formar un «futuro estable». Estos nativos digitales anhelan la vida en el exterior, aunque desde 2020 el interés por viajar no se ha recuperado. En el tema digital su consumo se presenta en horarios nocturnos o de madrugada.

Por otro lado, la incertidumbre Millennial es una consecuencia de la pandemia para esta generación. La mayoría de personas que pertenece a este sector poblacional se ha convertido en parte sustancial del sustento familiar, por lo que con la intención de mejorar su ingresos económicos viven en constante incertidumbre.

Cambios generacionales en redes

De hecho, los millennials argentinos son los más desesperanzados en el rubro económico. Por otro lado, continúa siendo la generación «sostenible«, ya que apoya a marcas con causa y compromisos tangibles a largo plazo. A nivel tecnológico, LinkedIn y Telegram crecen en relevancia debido a los espacios de comunidad que los millennials pueden crear y combinar su vida personal y laboral. 

En otra dinámica, se encuentran la nostalgia de la Generación X latinoamericana, la cual anhela regresar a «la vieja normalidad», pese a que ello implica enfrentar grandes retos en lo económico, laboral y consumo ante los nuevos paradigmas demandados por generaciones más jóvenes. De hecho, esta nostalgia impulsa al optimismo que puede servir de puente para reactivar la economía. No obstante, es la que menos cambios generacionales muestra en su consumo digital, tan solo está dispuesta a dar su información a cambio de mantener su accesibilidad y consumo digital como hoy lo conocen. 

Los abuelos Tech, quizá, un buen sobrenombre para los Baby Boomers son una generación abierta al comercio electrónico, siempre y cuando sus datos personales se mantengan seguros. Además, es una generación con un gran potencial para el consumo y la inversión. Prueba de ello, son los Baby Boomers argentinos y colombianos que buscan recompensar sus años de esfuerzo con viajar, conocer y consumir aquello que los haga sentirse plenos. En México, la realidad financiera de los boomers los llevó a replantearse sus intenciones de ahorro e inversión para poder tener mayor certidumbre hacia su futuro.

Como se observa, la pandemia ha impactado a todas las generaciones en América Latina, y constituye oportunidades de desarrollo y crecimiento económico. Situación que quedará pendiente como la manejan los gobiernos y la iniciativa privada. 

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